Paseos y excursiones:
De compras por el mercado
Lleno de vida, colores y tradiciones, el Mercado Municipal se convirtió en una de las paradas obligadas para quienes querían conocer el alma de Temuco.
Caminar por el mercado de una ciudad nos permite conocer lo más representativo de su comunidad. Su combinación de colores, aromas y sabores revela la esencia de su gente. Por eso, nada mejor que darse una vuelta por el Mercado Municipal de Temuco, para acercarse a la vida cotidiana y los gustos locales.
Este centro comercial, ubicado en el corazón urbano, comenzó a construirse en 1928 y fue inaugurado en mayo de 1930. En sus inicios, conocido como Mercado de Abasto, reemplazó a la antigua recova que se alzaba frente a la plaza Recabarren y que había sido por décadas el punto de encuentro para las compras temuquenses.
En 1987 se realizaron importantes reformas estructurales que modernizaron su estructura y ampliaron sus instalaciones. Sin embargo, un incendio en 2016 marcó un antes y un después en su historia. Aunque el daño en las construcciones perimetrales fue menor, permitiendo conservar la imagen urbana del edificio, el interior quedó completamente destruido.
Corriendo el año 2025, el mercado se encuentra en un proceso de reconstrucción, en donde se ha presentado un ambicioso proyecto que busca recuperar su valor patrimonial e integrar espacios culturales y gastronómicos que reflejan la identidad local. El diseño incluye una cubierta de madera que evoca su hall original, una planta superior para gastronomía con balcones hacia la plaza central, y en la planta baja, un espacio abierto y flexible para kioscos de abasto y artesanías, conectando con la vitalidad urbana de las calles cercanas.
El edificio perimetral conservará sus accesos históricos, manteniendo viva la memoria colectiva mientras el interior se renueva para el futuro.
Un recorrido por el antiguo mercado siempre fue una fiesta para los sentidos: el bullicio, las vidrieras coloridas y los aromas de los restaurantes tradicionales invitaban a quedarse. Pailas marinas, mariscales, cazuelas, pastel de choclo y humitas eran parte del menú típico que conquistaba a residentes y visitantes por igual.
Los locales de artesanías también aportaban su encanto: trabajos en madera, lana, cuero y greda, junto con delicadas piezas de platería mapuche, como trapelakuchas, kilkais o sikil, reflejaban la identidad del sur chileno.
Hoy, muchos están en la expectativa de ver cómo el Mercado Municipal de Temuco se renueva sin perder su esencia de espacio vivo, que combina historia, cultura y tradición, y que pronto volverá a ser uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.
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