Paseos y excursiones:
Tren a vapor El Valdiviano
El Valdiviano, símbolo del patrimonio cultural de Valdivia, dejó de recorrer las vías hace más de 5 años, pero su recuerdo perdura en la memoria de quienes viajaron en sus históricos coches ferroviarios.
El tren El Valdiviano partía desde la estación central del ferrocarril de la ciudad y su formación tenía al frente una vieja locomotora a vapor North British modelo 57, construida en 1913, seguida por dos vagones Linke Hoffman, un vagón comedor y, en ocasiones, hasta dos coches en los años 50, con capacidad total para alrededor de 380 a 400 personas. El trayecto de aproximadamente 28 km hasta Antilhue integraba paisajes urbanos y rurales, conectando la ciudad con el campo como se hacía antiguamente.
Lamentablemente, desde 2019 este tren no se encuentra en funcionamiento. Sin embargo, quienes lo vivieron recuerdan con nostalgia la emoción de estar con los boletos en mano, esperando en el andén mientras se bombeaba la caldera hasta alcanzar la temperatura ideal. Una bruma blanca cubría el lugar, las cámaras se disparaban y el silbato clásico daba inicio a una experiencia irrepetible.
Al subir a los coches y acomodarse junto a las ventanillas, era imposible no pensar en la relevancia que tuvo este sistema de transporte terrestre en épocas en que no existían las rutas de la actualidad y los pueblos crecían gracias al paso del tren que los comunicaba con poblaciones más grandes.
Esta actividad turística la lleva adelante la lleva adelante la Asociación Chilena de Conservación del Patrimonio Ferroviario de Valdivia, en conjunto con la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE). En el recorrido te podías dedicar a contemplar el río Calle Calle, zonas de bosques muy verdes y caseríos que se sucedían unos a los otros, e incluía paradas en Huellelhue y Pishuinco, donde la gastronomía local recibía a los visitantes con empanadas, calzones rotos, sopaipillas, queques y mote con huesillo.
En Antilhue, donde era el fin del camino, la parada se extendía por más de dos horas, tiempo suficiente para recorrer una feria costumbrista y degustar más platos atípicos. Allí la locomotora se aprovisionaba de agua y giraba para iniciar el regreso a Valdivia, esta vez sin detenerse en el camino.
Aunque hoy en día no se pueda disfrutar de sus viajes memorables, el valdiviano sigue siendo considerado un tesoro cultural, declarado Monumento Nacional en 2009 y elegido en 2014 como uno de los siete patrimonios más valiosos de Valdivia. Todavía se busca que su legado se vea materializado en un Museo del Vapor, mientras se avanza en un plan ciudadano para recuperar el patrimonio ferroviario, aunque el deterioro de las vías y conseguir el financiamiento hacen difícil su retorno.
A pesar de eso, al repasar sobre un mapa el circuito que recorrió durante tantos años, sentimos el placer de volver a un pasado que merece ser recordado por su influencia en la vida de los pueblos. Hoy, la modernidad nos impulsa a viajes rápidos y eficientes, pero han perdido parte de ese encanto que antes los hacía más inolvidables.
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