Paseos y excursiones:
Todo lo que brilla es plata
Pablo Etchevers Jorge GonzálezEn el año 1989, Los Angeles cumplió 250 años y, en conmemoración, la municipalidad recicló su viejo edificio para transformarlo en el primer centro cultural de la ciudad.
Con sello y firma mapuche
Con el nombre de Centro Cultural Libertador Bernardo O´Higgins, comenzó a funcionar en el año 1990 el Museo de la Alta Frontera, dedicado a mostrar al público en general exposiciones permanentes de las más conocidas tradiciones y manifestaciones de la cultura mapuche.
El museo contiene una muestra de platería araucana de los siglos XVIII y XIX, perteneciente a la colección del destacado angelino Raúl Morris Von Bennewitz, que permite al visitante apreciar no sólo una variada cantidad de piezas únicas, sino también una forma distinta de pensar el arte.
Acompañada por excelentes fotos que reflejan cómo y quiénes usaban estas joyas, los motivos de las piezas se orientan a la cosmovisión particular que tenía por aquellos años esta etnia.
El pensamiento religioso, la metafísica, los mitos y la magia pueden verse traducidos en la mayoría de las piezas, en las que sobresalen algunos grabados y elementos comunes, como pequeñas planchas, tubos, casquetes y cadenas. Muchas presentan un gran peso y tamaño.
Otras colecciones, otras reliquias
Dentro del mismo museo existen otras salas también pensadas para que el visitante descubra otros aspectos del mismo pueblo originario.
Entre estas aparece una sala dedicada a los cerámicos, donde es posible apreciar piezas de increíble valor antropológico que datan de entre los años 600 y 1.300 d.C., todas encontradas a lo largo del país, tanto sobre el océano Pacífico como en distintas cumbres de la cordillera de los Andes.
La sala que contiene la colección de cestería es otra de las más admiradas por el público en general. Allí es posible observar el trabajo con fibra vegetal que realizaban estas sociedades, en piezas que muestran las distintas formas y el uso que daban a cada una de estas valiosísimas piezas.
Distintas obras en madera y cuero, colecciones de santos e imágenes religiosas, piezas textiles como mantas, alfombras, chamales y diferentes trarihues de variadas formas, tamaños y colores, son algunos de los objetos que también forman parte de las otras salas que posee el museo.
Ideales para conocer, perderse en el tiempo y pemitirse así pensar cómo vivían nuestros antepasados originarios de estas tierras.
Contacto
Museo de la Alta Frontera
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